La necesidad de estudiar geológicamente el terreno como base de partida para los proyectos de grandes obras es indiscutible en la actualidad, y constituye una práctica obligatoria. Esta necesidad se extiende a otras obras de menor volumen, pero de gran repercusión social, como la edificación, en donde los estudios geotécnicos son igualmente obligatorios.
Por otro lado, la presencia de problemas geotécnicos implica la adopción de soluciones en general más costosas, como por ejemplo cimentar a mayor profundidad por insuficiencia de capacidad portante del terreno en cotas superficiales, e incluso la modificación del proyecto o el cambio de emplazamiento, según el alcance de los citados problemas. Por e.1 contrario, unas condiciones geotécnicas favorables proporcionan no sólo una mayor seguridad a las obras, sino un desarrollo de las mismas sin imprevistos, lo que influye significativamente en los costes y plazos de la obra.
En términos generales las condiciones que debe reunir un emplazamiento para que sea geológica y geotécnicamente favorable son las siguientes.
– Ausencia de procesos geológicos activos que representen riesgos inaceptables al proyecto.
– Adecuada capacidad portante del terreno para la cimentación de estructuras.
– Suficiente resistencia de los materiales para mantener su estabilidad en excavaciones superficiales o subterráneas.
– Disponibilidad de materiales para la construcción de obras de tierra.
– Estanqueidad de las formaciones geológicas para almacenar agua o residuos sólidos o líquidos.
– Facilidad de extracción de materiales para su excavación.
Establecida Ja relación entre los factores geológicos y los problemas geotécnicos, y las diferencias entre condiciones geotécnicas favorables y desfavorables. resulta evidente que en todo estudio geotécnico es necesario partir del conocimiento geológico, interpretando la geología desde la ingeniería geológica. para determinar y predecir el comportamiento del terreno.
Libro: “Ingeniería Geológica” de Luis I. González de Vallejo. En el Capítulo 1.
Características principales que deben conocerse de un terreno para cimentar correctamente un edificio.
Todas las construcciones se apoyan en el suelo y éste es una parte vital de las mismas. El resto de la construcción no permanecerá en pie en buenas condiciones si el suelo en que se asienta no es capaz de soportar el peso de la propia construcción con garantías. Sin embargo, siendo una parte tan vital de la construcción, el suelo es lo único que no fabricamos y disponemos artificialmente en la construcción: el suelo es el que exista en el lugar elegido para construir y sus propiedades son las que tenga y no las que deseemos. Por tanto, es ineludible conocer qué propiedades tiene el suelo en que construimos para garantizar que lo construido no colapsará por su falta de capacidad, y, por lo tanto, es necesario solicitar un informe geotécnico del mismo.
Cuando hablamos de capacidad del suelo nos referimos básicamente a tres datos principales:
1.- La tensión admisible.
Es la capacidad portante o resistencia del terreno. Es decir, cuánta carga es capaz de soportar encima sin hundirse. Este parámetro se Indica, por lo general, como la tensión -fuerza por unidad de superficie que soporta a una determinada profundidad. En Kg/cm2, la tensión admisible puede oscilar entre 0,5 y 3, siendo la primera muy baja y la segunda bastante alta. Si resiste más de 3 es un terreno extraordinario, y menos de 0,5 comienza a presentar problemas, dependiendo también de la carga del edificio.
Es importante el adjetivo de admisible, porque otro parámetro ligado a éste es la rigidez del terreno, o sea, cuánto se deforma al someterlo al peso de la edificación o, lo que es lo mismo, cuánto se deforma bajo una determinada tensión. Entonces, habrá una tensión máxima que resista el terreno, que se denomina tensión de rotura. Esta tensión supone el hundimiento de la cimentación dentro del terreno, por lo que no podemos considerarla como válida para cimentar.
2.- El coeficiente de balasto.
Debemos limitar cuánto se deforma el terreno bajo presión, para que el edificio permanezca en pie sin deformaciones excesivas. La tensión máxima que puede soportar el terreno sin deformaciones excesivas es lo que hemos llamado tensión admisible. Es siempre menor que la tensión de rotura. la tensión admisible se calcula para que el asiento -así se llama la deformación del terreno bajo
presión- no supere una pulgada (1 «=2’54 cm). y la tensión de rotura es del orden de tres veces la tensión admisible que podemos aprovechar. La relación que hay entre la tensión que soporta el terreno y el asiento que sufre es el coeficiente de balasto. Este coeficiente mide la rigidez del terreno al ser sometido a tensión.
3.- El nivel del firme.
Es a qué profundidad está el estrato en que la tensión admisible antes mencionada es suficiente.
Entendemos por firme precisamente el estrato que presenta una tensión admisible suficiente para soportar el edificio sin ser susceptible de variar sus condiciones a lo largo del tiempo.
No será igual un terreno en que el firme sea muy superficial (un metro) que muy profundo (siete metros). Parcialmente, en cuál sea este nivel reside la elección de un tipo de cimentación o de otra.
Antes de construir es necesario saber cuáles son sus propiedades a distintas profundidades y en distintos puntos o zonas, como único modo de prever la cimentación necesaria. Por eso es por lo que realizar un estudio geotécnico es imprescindible. El estudio vale para saber cómo se comportará el terreno en el que se asentará el edificio. Así se puede dimensionar y ejecutar su cimentación del modo más económico y conveniente posible.
Los fallos por cimentación de un edificio son los que realmente pueden causar la ruina total. Por otro lado, el coste relativo de un informe geotécnico es mínimo dentro de la inversión total de una obra. Como orientación, en un edificio de viviendas, el estudio del suelo puede costar un 0’03% de la inversión total. Pues, ¿Merece la pena arriesgar la solidez y permanencia en buenas condiciones por evitar el pequeño coste del estudio geotécnico?
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A la hora de construir un edificio, una casa, un cortijo o cualquier otra estructura, es conveniente saber en qué condiciones se encuentra el terreno sobre el cual se desea construir. Esto es de suma importancia ya que, de esta manera, podemos. hacer un cálculo exacto acerca del tamaño y diseño de la edificación a construir.
Por otro lado, se trata de un tema de seguridad, dado que los suelos son irregulares y pueden darse fenómenos naturales como fuertes lluvias, desplazamientos de t tierra, derrumbes entre otros. Es por esto que es fundamental realizar un análisis previo donde se puedan estudiar a profundidad las condiciones del terreno, y además descartar que en el futuro pueda ocurrir algún incidente en esa área. Además, el hecho de mudarnos a un sitio en el que tengamos la certeza de que se realizaron los estudios geotécnicos necesarios, siempre es un gran alivio para nosotros.
El estado geotécnico se efectúa antes de realizar el proyecto de construcción ya que su objetivo principal es detectar irregularidades en el terreno y estudiar las propiedades del mismo. Otra de las razones por las. cuales es importante realizar este análisis previo, es. para saber cuáles son los materiales y las condiciones adecuadas para la obra. Entre los aspectos más destacados a estudiar se encuentra el tipo de suelo a diferentes niveles, la profundidad, la dureza. entre otros.
El tipo de cimentación que se va a utilizar en la construcción está determinada por este sondeo geotécnico previo. Por oreo lado, hacer este estudio no sólo nos. ayudará a conocer mejor el contexto del terreno. sino que también permite hallar soluciones a eventuales problemas que pueda desarrollar la edificación una vez que está construida.
El proceso de control es distinto en cada empresa. Digamos que cada una de ellas realiza el análisis de la forma en la que crean conveniente, siempre buscando obtener la mayor precisión posible y también brindarte la mejor seguridad. Aunque cada compañía tenga cierto nivel de autonomía en cuento a cómo realizar el estudio, existe entidades encargadas de controlar las investigaciones ya realizadas y velar por el correcto cumplimiento de los estándares requeridos para realizar este trabajo.
Cabe destacar que, si no fuese por este tipo de estudios, sería sumamente impredecible realizar construcciones. Sin este análisis, básicamente se levantarían edificios y viviendas a ciegas, y existiría la constante incertidumbre de no saber si en un momento dado el terreno va a ceder. Sin mencionar que además es ilegal hacer construcciones en tierras que no son aptas para este fin.
En definitiva, si lo estás pensando en construir una casa o un edificio, el primer ítem en tu lista de tareas es contratar con verdaderos profesionales que te ayuden a hacer un análisis adecuado de las condiciones del terreno. No arriesgues a invertir tu capital sin antes asegurarte de que el área cumple con las condiciones mínimas para realizar una estructura sólida sin riesgos a futuro. Esto es importante porque así puedes evitarte posibles problemas con el suelo o con la edificación.
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