Carlo Mollino

Nacimiento:
italiano
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Biografía
Carlo Mollino (1905-1973) estudió arquitectura en el Politécnico de Turín, donde se licenció en 1931. Adquirió sus primeras experiencias en la construcción directamente tras acabar sus estudios en la empresa de ingenieros de su padre. Pero, además de la arquitectura, Mollino tenía muchos otros intereses. Entre sus aficiones se contaban la fotografía, el arte y la literatura, pero también el vuelo, las carreras de coches y el esquí.
Esta variedad de intereses se reflejó directamente en su trabajo. Un ejemplo es el acondicionamiento de su vivienda en la Via Talucchi de Turín (1938). Mollino acondicionó este apartamento de dos dormitorios, la llamada casa Miller, como escenario para la vida que tenía lugar en él. A través de espejos, separadores de espacios semitransparentes, pesadas cortinas de terciopelo y originales muebles, logró crear un espacio fantástico que, con una lámpara sujeta a una guía, podía transformar en un estudio para hacer sus fotografías de desnudos. En este espacio creó muchas instantáneas inspiradas en el lenguaje visual del surrealismo. Sus originales diseños abarcaban desde mesas y sillas de formas orgánicas, hasta lámparas y vitrinas. Las formas del cuerpo humano encontraron resonancia en sus muebles de madera y cristal.
Por otro lado, en el diseño de objetos técnicos se esforzó por lograr la optimización aerodinámica. Mollino proyectó el coche de carreras Bisiluro, con el que compitió en 1954 en las 24 horas de Le Mans. Entre sus obras arquitectónicas destacan la estación de esquí y el hotel en Lago Ñero, Italia (1946-1947). En los años treinta había realizado intensos estudios sobre la arquitectura alpina en el valle de Aostatal, que después se reflejaron en sus planos. Así combinó un zócalo de hormigón armado con la tradicional construcción de fachadas de madera.
Asimismo, construyó el hipódromo (1937-1940) y el Teatro Regio (1965-1973) de Turín. Mollino luchó siempre contra la uniformidad conceptual y en ocasiones escandalizó a muchos contemporáneos con su extravagante estilo de vida.
En 1950, Mollino empezó a ejercer de docente en el Politécnico de Turín, primero de las asignaturas de arquitectura de interiores y diseño de mobiliario, y finalmente de delineación arquitectónica.