Historicismo

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Biografía
En arquitectura el Historicismo representa un movimiento que se caracteriza por imitar estilos arquitectónicos históricos, aunque, a diferencia del Clasicismo, no recurre exclusivamente a la Antigüedad, sino que, partiendo del pluralismo estilístico, en principio concede el mismo valor a los diferentes modelos históricos. Con frecuencia se combinan diferentes estilos en un mismo edificio; en estos casos se suele hablar de eclecticismo.
En cuanto tendencia del siglo xix, la recuperación de las formas estilísticas históricas representa el abandono de un canon formal obligatorio en arquitectura. En la primera mitad del siglo xix las tendencias historicistas se relacionaban, entre otras cosas, con el redescubrimiento de la cultura arquitectónica de finales de la Edad Media y con el movimiento neogótico. En Alemania el neogótico influyó en las primeras obras de Karl Friedrich Schinkel. En Francia, Viollet-le-Duc, uno de los teóricos de mayor influencia en el renacimiento de la arquitectura de finales de la Edad Media y de sus técnicas de construcción, polemizaba contra el canon formal clásico de las academias. En este caso la restauración de las iglesias medievales tardías dio un fuerte impulso al movimiento neogótico. En Estados Unidos, Frank Furness era partidario de recurrir en arquitectura a los modelos románicos. En Alemania se registran tendencias neorrenacentistas ya en la primera mitad del siglo xix, concretamente en la obra de Gottfried Semper, que descubrió el ideal de la arquitectura moderna en el Renacimiento y ofreció una primera muestra en la villa Rosa de Dresde (1838-1846). En Inglaterra, Charles Barry colaboró a la incorporación del palacio urbano italiano a la arquitectura con su configuración del club Traveller de Londres (1829- 1832). Henri Labrouste reelaboró influencias del Renacimiento italiano en el edificio de la Biblioteca de Santa Genoveva en París (1838-1851). En la Ópera de París (1861-1875), de Charles Garnier, construida en el marco de la remodelación de la capital francesa, aparecen, entre otros, desarrollos neobarrocos.
Con sus múltiples edificios públicos y privados, la Ringstrasse de Viena está considerada como uno de los conjuntos urbanos continuos más importantes desde el punto de vista del Historicismo. Ya en su fase inicial incluía, igualmente alineados, edificios de diferentes tendencias historicistas, como el Parlamentó, de Teófilo Hansen (1871-1883), diseñado de acuerdo con las tradiciones antiguas; la Universidad, de Heinrich von Ferstel (1873-1883), de estilo neorrenacentista, y el Ayuntamiento, de Friedrich von Schmidt (1872-1883), de línea neogótica.
El crecimiento de la producción industrializada, con el subsiguiente deterioro de las formas estilísticas y de la decoración, determinó la aparición de la crítica del Historicismo. Además, a finales del siglo xix la inexistencia de un estilo actual fue interpretada cada vez más como un déficit y terminó abriéndose paso la exigencia de una arquitectura a la altura de los tiempos. La crítica del Historicismo se impuso sobre todo con el movimiento Arts and Crafts y con el modernismo y aspiraba a superar el eclecticismo cultivando el ideal de la unidad entre el arte y la función. No obstante, el Historicismo mantuvo su vigencia con diferentes supuestos y modificando sus relaciones con el hecho arquitectónico hasta muy entrados los años veinte del pasado siglo.