Escuela de Ámsterdam
Nacimiento:
holandes
Cita
Índice de contenidos
Biografía
Cuando en 1915 Jan Gratama habló por primera vez de la Escuela de Ámsterdam en el homenaje dedicado a Hendrik Petrus Berlage, los arquitectos a quienes se refería, distanciados de la mentalidad racionalista de Berlage, contaban ya con ciertos éxitos. Johan van der Mey, Michel de Klerk y Pieter Lodewijk Kramer, que constituían el centro del grupo, estaban a punto de terminar su obra más importante: el Scheepvaarthuis de utilizó como altavoz la suntuosa revista Wendingen, editada entre 1918 y 1931 por la sociedad Architectura et Amicitia, que además de abordar temas de arquitectura y de decoración interior incluía artículos de arte, teatro y fotografía. El fundador de la revista fue el arquitecto Hendricus Theodorus Wijdeveld, que también se encargó de su edición y diseño hasta 1925.
Otros representantes de la Escuela de Ámsterdam fueron Cornelis Jonke Blaauw, Guillaume Frédéric La Croix, Joseph Crouwel, Adolf Eibink, Margaret
Kropholler, Jan Antoine Snellebrandt, Jan Frédéric Staal, Pieter Vorkink y Jacques Ph. Wormser.
Construían en general edificios de ladrillo, que llamaban la atención en los proyectos urbanos por la plasticidad de las superficies murales y en los edificios exentos por la composición pictórica de las diferentes superficies y vertientes de sus tejados. Los marcos de las ventanas, que eran generalmente blancos, y la gran cantidad de detalles, todos ellos esmeradamente diseñados, creaban un ambiente agradable no solo para las viviendas, sino también para todo el complejo. La arquitectura de la Escuela de Ámsterdam dejó su sello en los nuevos barrios residenciales de la ciudad construidos en el periodo de entreguerras, pues tenía representantes en el departamento de Obras Públicas que al trazar las calles se atuvieron a sus principios estéticos. Aunque la Escuela de Ámsterdam ejerció cierta influencia en los proyectos de construcción de viviendas realizados por sociedades privadas, lo cierto es que la misma se limitó a las fachadas y que la función de los arquitectos se redujo a una simple operación de maquillaje. Los integrantes de la escuela pudieron realizar completamente sus ideas y configurar el espacio público circundante en la construcción de viviendas municipales.